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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: juliol, 2018

SEANOS UN PAR DE DOS CADA PAR (II)

Imatge
Son las palabras -a las habladas me refiero- como el hilar invisibles urdiendo reflejos -o al menos así puede ocurrir- de quien las dice, especialmente si con su decir se propone indagar a la vez que indagarse en el bastidor compartido del diálogo (no ocurre así, o bien lo reflejado es muy turbio y distorsionado, en el uso de la palabra como medio de ocultamiento). No hay palabra con sentido sin dos que alternándola libremente la vaya diciendo, ni sin dos que a su vez la vaya escuchando (oírla no es suficiente). Siempre antes que el monólogo está y ha sido el diálogo. En sentido estricto el monólogo es inexistente, pues es un diálogo interiorizado, y acto seguido, o dicho o escrito en voz alta o en silencio respectivamente. Una forma al servicio de la interiorización es la escritura, una especie de diálogo insonoro en todo su proceder (diálogo de palabras y silencios adentro y grafías plasmadas en algún soporte afuera) ... especie de diálogo que se alía con el silencio y el tiempo (es

SEANOS UN PAR DE DOS CADA PAR (II)

Imatge
Son las palabras -a las habladas me refiero- como el hilar invisibles urdiendo reflejos -o al menos así puede ocurrir- de quien las dice, especialmente si con su decir se propone indagar a la vez que indagarse en el bastidor compartido del diálogo (no ocurre así, o bien lo reflejado es muy turbio y distorsionado, en el uso de la palabra como medio de ocultamiento). No hay palabra con sentido sin dos que alternándola libremente la vaya diciendo, ni sin dos que a su vez la vaya escuchando (oírla no es suficiente). Siempre antes que el monólogo está y ha sido el diálogo. En sentido estricto el monólogo es inexistente, pues es un diálogo interiorizado, y acto seguido, o dicho o escrito en voz alta o en silencio respectivamente. Una forma al servicio de la interiorización es la escritura, una especie de diálogo insonoro en todo su proceder (diálogo de palabras y silencios adentro y grafías plasmadas en algún soporte afuera) ... especie de diálogo que se alía con el silencio y el tiem

SEANOS UN PAR DE DOS CADA PAR (I)

Imatge
Séanos, de entre nuestra actual especie, dos pares de congéneres cualesquiera. Imaginémoslos, a los dos pares por separado, en una relación humana del tipo que queramos. Preferiblemente, pero, de las relaciones consideradas más bien de proximidad, incluso íntimas o familiares. Por ser cualesquiera pongámosles por nombre A y B a un par y C y D al otro (nunca en un par de humanos uno ha, o debería de, reducir al otro, ni el otro dejarse reducir, así que les pongo nombre, no a los pares sino que a sus, de cada par, integrantes). Tampoco debo ponerles nombres onomásticos pues no pocos podrían pasar por ser en tal par de dos.  No olvidemos en ningún momento -yo al escribir y quien esto lea- los requisitos que subyacen aquí. Siempre en mente, pues, los hilos conductores no muy visibles y algo delebles en lo que pretendo escribir ahora:  Son congéneres nuestros. O sea que cualquiera de nosotros podría ser (o estar en circunstancias semejantes) A/B o C/D. ¿Por qué dos parejas? Ya se verá. P

SEANOS UN PAR DE DOS CADA PAR (I)

Imatge
Séanos, de entre nuestra actual especie, dos pares de congéneres cualesquiera. Imaginémoslos, a los dos pares por separado, en una relación humana del tipo que queramos. Preferiblemente, pero, de las relaciones consideradas más bien de proximidad, incluso íntimas o familiares. Por ser cualesquiera pongámosles por nombre A y B a un par y C y D al otro (nunca en un par de humanos uno ha, o debería de, reducir al otro, ni el otro dejarse reducir, así que les pongo nombre, no a los pares sino que a sus, de cada par, integrantes). Tampoco debo ponerles nombres onomásticos pues no pocos podrían pasar por ser en tal par de dos.  No olvidemos en ningún momento -yo al escribir y quien esto lea- los requisitos que subyacen aquí. Siempre en mente, pues, los hilos conductores no muy visibles y algo delebles en lo que pretendo escribir ahora:  Son congéneres nuestros. O sea que cualquiera de nosotros podría ser (o estar en circunstancias semejantes) A/B o C/D. ¿Por qué dos parej