Escrito en lengua hermana

Los beneficios, de la índole que sean, tienen su sentido, su orientación dirigida a la subjetividad humana, a los adentros de cada quien. Ahí son, beneficios y ahí está, el fin y sentido de su trayectoria. Claro que los hay que, sin perder - o no deberían - tal orientación toman, momentáneamente, el camino a otros fines, aunque con el posterior propósito de revertir sobre el adentro antes mencionado; allí donde deberían - no necesariamente, pero - depositar y engrosar un poso de felicidad. En fin, es una manera de decir eso de Beneficios Empresariales o Financieros.  Yo ya me he dado cuenta que eso del adentro no se lleva, que está en proceso, muy avanzado, de liquidación (agradezco calladamente  a Zygmund Bauman ese mejor darme yo cuenta de ello). Sin embargo yo elijo reivindicarlo y en la medida de lo posible vivirlo, es decir, reivindicarme en este sentido, el de la interioridad; a lo cual a otros convido (por cierto que con éxito muy escaso :),  ...son los tiempos que corr

 ¡Sí claro! Diremos que: Precisamente decimos de los beneficios con el calificativo de económicos porque se sobreentiende que los hay de otros tipos, solo que queremos referirnos a estos, los económicos; dando por más que supuesto que existe toda una diversidad de aquellos aún siendo otros. Así que los hay que pueden llevar el calificativo de culturales, de espirituales, médicos y hasta incluso de morales. En fin en general todos aquellos que refieren a beneficios no materiales serían, junto con los económicos, todo nuestra producción benefactora .  De acuerdo, pero el caso es que éstos, los restantes de los económicos son dados tan por supuesto que ni tan siquiera o muy escasamente se les menciona. Los silencios a veces hablan de ausencias o de presentes más bien escasos. En todo caso, me parece que la desproporción en la mención y del deseo de unos deja a oscuras a los tan supuestos pero más bien poco mencionados.  ¡Atención! En lo escrito hasta ahora se me ha ido

Me propongo distinguir, de manera suficientemente clara, entre beneficios . Casi, o tal vez sin el casi, al sustantivo beneficio se le queda adherido el adjetivo económico . Y ello, a pesar del se , de manera personal. Quiero decir que tenemos muy íntimamente adheridos, incluso casos hay que de manera muy severa, ambos vocablos en una especie de triple unión indisoluble, así: ego-beneficio-economico. De tal manera que al son, o a las grafías, de beneficio este término queda de inmediato completamente camuflado por el de económico , desapareciendo todo otro que no sea el tal. Se puede oír verbalizar, yo mismo lo hago, algo así como: "¡Hombre, claro, no todo beneficio (que podamos obtener ) en la vida es de índole económico"! A observar el contenido del paréntesis, que corresponde a  lo sentido pero no dicho y en lo cual, en eso sentido, practicado, vivido pero no dicho, se nos cuela la sagrada concepción así, como incuestionable, establecida. Quiero decir que tenemos con

Recuerdo, del periodo - previo, pues uno es en la vida que se va formando sobre el terreno, aunque no solo prácticamente - de formación como maestro, algo que yo me tomé, creo que seriamente (en el buen sentido de la palabra), como una especie de advertencia, válida, me parece a mí, tanto para la profesión como para la vida, si es que ambas cosas puedan separarse, que a mi me parece que en cierto nivel de la persona, no. No pueden separarse, porque ¿Qué de lo vivido por uno puede separarse de la propia vida de quien la, y lo, vive? Evidentemente, pregunta retórica. Sin embargo creo que a otro nivel, no menos personal,  sí conviene hacer sanas distinciones a fin y efecto de no vivir, precisamente, en un grado nocivo, contraproducente, de confusión. Lo advertido, o al menos así tomado por mí, resultó de verificar, durante aquella clase de psicología educativa, cuanto verbalismo pulula por nuestras cabezas. Entendiendo por verbalismo a todo contenido educativo supuestamente aprendid

Mis cartas pretenden mostrar que existe el no-adoctrinamiento y que también se da, se entiende que así mismo entre nosotros, la no-manipulación. Pueden parecer, tales muestras, algo obvio. No resulta ser así, sino más bien todo lo contrario, según las cartas barajadas por mis amigos. Cartas éstas, las de mis dos amigos, que, por cierto, son no poco representativas de un muy amplio espacio, y espacio de tiempo también, de nuestro mundo, el humano. De éste, no poco extendido, en que tanto tergiversamos, y tenemos tergiversado, medios y fines. Tanto que otorgamos a los medios el ser fines, y a los fines, que no son otros que nosotros mismos en particular y en general, el sernos por mero uso, manoseados y denigrados, solo medios sin más finalidad, en la vida, que sernos instrumento al servil servicio de uno u otro sistema totalitario, siempre presentado, por cierto, como benigno. En esas condiciones, y si esas solo fuesen, el adoctrinamiento y la manipulación están servidos y a la orden