PANORÁMICA GENERAL (8)

Lo mejorable. Planicie de la mayor percepción posible. Síntesis de lo concertable. Lo concertado y el concierto, nunca definitivo, nunca nada no es definitivo. Lo mejor de si. No solo lo mejor de cualquier cosa, que también, sino que de mi; lo mejorable, lo mejorable de mi. No lo perfectible, que apunta a una unidad siempre excluyente. Ahí reside, como espacio abierto, el sintetizador -yo, cualquiera- de lo nuevo, de lo nuevo inédito: en el dinámico movimiento con su suficiente quietud que allegan en sí las dos vertientes aparentemente enfrentadas, la de la necesidad y la de la libertad, es decir, lo que me es mejorable, de mi, en lo posible.

Yo solo puedo mejorar si percibo, en primera persona, la necesidad de tal y jamás podré lograr, en este sentido, nada a causa de influencias externas que coartan esta concreta percepción, esa libertad, ese querer, esa querida orientación, ese viraje, esa personal reflexión. Aquellas, las que sean, exterioridades me podrán mover, cambiar de posición en más de un sentido; pero lo que es o son mejorías, si guisadas por otros y a las afueras de mi, entonces quedarán sin efecto, agazapadas, siempre en ciernes, sin posibilidad de desarrollo, carenciales; ya digo, si en desproporcionada medida -o solamente- intervienen causas, factores, externas, provenientes de fuera de mi. Una cosa son cambios y otra, bien distinta, las mejorías de sí, que son más en importancia y de otra índole -aunque relacionable en alguna medida- que meros cambios (obsérvese y piénsese, a manera de ejemplo, la enorme desproporción existente entre los incesantes cambios que acontecen en amplia cascada de novedades, incluso sorprendentes y algunas de enorme envergadura, y, por otra parte, el escaso desarrollo en valores de dignidad humana).

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