SEANOS UN PAR DE DOS CADA PAR (V)
Recurro, para mejorar
el enfoque central de la cuestión que nos ronda, a una cita que
opino es de fácil constatación personal, de poner en ello,
libremente, nuestro querer. Insisto, libremente. La cita es de Blas
Pascal (1623-1662): ”El corazón tiene razones que la razón
desconoce”.
Ambas parejas, A/B-C/D,
son razonables, incluso en ocasiones muy razonables. Es decir que
hacen uso de un cierto adecuado razonamiento personal, aunque una y
otra, y sus integrantes, lo hagan predominantemente con orientaciones
bien distintas. Unos, C/D, hacen por acercarse lo más posible a las
razones del corazón por ver de conocerlas así mismo en lo posible y
otros, A/B, en virtud de su modo y manera de vivir (recordemos su
hábitat, la Exterioridad), su razonar es en no pocas ocasiones por
no decir casi de continuo, muy alejado, por no decir ajeno, de las
desconocidas razones del corazón; no siempre éste, el corazón, en
razón o sintonía a maneras de vivir de mayor aporte y por tanto
compensación, para sí y para otros, de, oigamos la palabra más
adecuada, felicidad.
C/D tienen
suficientemente reconocida la posibilidad de operar o orientar
cambios en sus propias personas y por tanto en sus vidas. Y que tales
cambios no pueden generarse más que por y en sí mismos (ninguna
coacción sutil o no es aquí válida). Cuanto pueda proceder del
exterior les es de un valor muy relativo al respecto, pues la primera
corazonada, el primer pensamiento, la primera palabra y
subsiguientes hechos en razón de notar la necesidad de cambios y
mejoras y efectuarlas la sentían en primera persona, es decir en sí.
De manera que lo externo a cada uno de ellos, y por tanto al par, era
recurso discriminado a fin de poder ser y sentirse mejores de manera
incomparable, es decir, sin establecer comparaciones competenciales
con nadie.
Incluso habían ido
gestando, de manera poco perceptible incluso para ellos mismos, que
su relación iba teniendo tal sentido, es decir, el de procurarse y no impedirse la realización y el disfrute sereno de aquellas mejoras personales. En tal sentido
representaban ser, en libertad y sin acoso alguno, de ayuda mutua.
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