ADOCTRINAR (V)
La lógica de
la cita que queda por barajar puede pensarse como una especie de silogismo.
En lo alto, como término generalísimo, un
régimen, y su "educación", totalitario. En su término medio la inculcación, de "convicciones"; de convicciones creen los adictos y adoctrinados desde antes de la cuna en tal régimen. Sigue al término medio una antipedagogía (esa mediación (educación) llamada
inculcación): Inculcación, sí, mucha, pretendidamente (objetivo
final “educativo”) de convicciones; inculcación, sí, intensiva
y extensiva, hacia las entrañas, el corazón, y en la extensión de todos, que han de ser un uno uniforme. Convicción, genuina, ni una, de eso nada. La nada en persona individual y
colectiva. Nada, tan solo una sola masa, eso sí, eso es lo
pretendido y no poco conseguido, muy ¡conseguido!, en un régimen -no
importa que brazo alce- totalitario. Finalmente, del silogismo, la conclusión que es la siguiente nada concreta: La destrucción de la capacidad de formárnoslas, a las genuinas convicciones.
Referido, insisto, ahora sí, a las convicciones, genuinas; que habrían de ser
formadas, por el lado negativo ahuyentando toda inculcación y, por
la vertiente positiva, formándonoslas, por y en la primerísima
persona del singular, en la cual consistimos... que jamás consistimos un amasado, informe y uniformado, colectivo.
Así que nosotros, que vivimos en una sociedad, carente de convicciones con abundancia y gran riqueza de lemas, frases entrecortadas y ya hechas, vocablos sueltos de su propio sujeto o sin más referencia y preferencia -a la manera de una zanahoria delantera colgada de un palo- que el alcance del Poder al uso... nosotros, que apenas si sacamos cabeza entre tanto prejuicio, nosotros en esta inmensa circunstancia, es que a partir de ahí leímos la cita de manera invertida (rio o escalera arriba), de esta manera : Si tanta es la miseria de convicciones (no confundir ya con inculcaciones), entonces ¿En qué clase de régimen totalitario estamos y (ese es el tema de la cita) qué tipo de "educación" recibimos de él? Necesitamos saber su nombre para poderlo identificar. ¿Cual es esa sombra de su esplendoroso brillo que tan siquiera olemos ni podemos figurarnos su totalitarismo tan bien camuflado? Sí, tal (de)formación y régimen lleva por nombre: Financiero, Lo o Los financieros, lo financiero a la usual y actual manera, abusiva, desconsiderada, especulativa a la que tanto, particular como multinacionalmente, se aspira, y de manera no poco incondicional..
Así que
hemos convertido la cita de Hammah Arendt en la pulida superficie de
nuestra mesa de juego donde al mirarnos nos vemos las caras que a su
vez aún éstas, por su decir o ocultar, son reflejo de nuestro
interior, que es el ámbito propio, ese adentro, donde cabe elaborar, con la lumbre del
pensamiento particularmente ejercido, mis y nuestras
convicciones.
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