ADOCTRINAR XL








Vamos reconociendo, a través de nuestras partidas, ciertas delimitaciones y también disyunciones excluyentes. O adoctrinar o formarse convicciones. Adoctrinar nos queda distribuido y comprendido entre y en, respectivamente, inculcar y manipular.





Dos frentes se nos oponen a la propia formación de convicciones, el ya mencionado de inculcar y el de manipular. Adoctrinar y formarse convicciones se oponen entre sí. Pero lo cierto también es que ambas acciones conviven de tal manera que previamente nos son, según nuestra libertad, ocasión para determinarnos… del lado de la inculcación y de la manipulación o del lado de formarnos convicciones. Expresado con cierto realismo: Estar más por el lado de la formación que por el de la inculcación-manipulación. Desprenderse de la presión que inculca y manipula, tanto como agentes que como pacientes, y acogerse con determinación a la formación. No confundir educación con presión (manipulación, inculcación).





A otra delimitación hemos tratado de representarla en el término mismo de convicción. Unas veces puesta en entrecomillas, “covicción”, otras sin ellas. Uno puede estar profundamente convencido de algo que tal vez acabe descubriendo como siendo solo mero efecto impensado de alguna manipulación o de alguna enseñanza sin que haya sido, tal enseñanza, motivo alguno de propio aprendizaje (lo que puede reconocerse como puro verbalismo o también credulidad), es decir sin la propia, directa intervención personal en aquello que tan solo ha sido deglutido y no asimilado, incorporado, por propia digestión (propio razonamiento, propia consideración, propia puesta en duda o en cuestión). Pondría entrecomillas la palabra convicción al percibir que su declarante-actuante no tuviera en sí la consideración, el respeto y tal vez el anhelo, llegado el caso, de despertar oportunamente en el otro aquello de lo cual cualquier otro ya dispone, aquello lo cual yo de ninguna manera puedo poner en él y aquello sin lo cual la dignidad es sin efecto… a esas convicciones sin asistencia de, y a, la propia, no menos que a la ajena, libertad las entrecomillaría para diferenciarlas de aquellas cuyo declarante-actuante va siendo incapaz de vulnerar bajo ninguna excusa por sublime que se crea la autodeterminación (ser y valerse por sí mismo) en la que el otro es y va siendo. A las convicciones del que dice y hace, nunca en desconsideeración de la libertad del otro, es decir del otro en sí, del otro como fin... a esas convicciones no las entrecomillaré.






https://youtu.be/mVRGFusKJ_0









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